sábado, 2 de febrero de 2008

Cuando el sexo se convierte en adicción

Cuando el sexo se convierte en adicción
La adicción al sexo es una de las dependencias menos confesadas y visibles de todas las que existen. No obstante, ha aumentado el número de pacientes que pide ayuda debido a las consecuencias de su trastorno: ruina económica, divorcios, problemas laborales, sufrimiento, ansiedad y depresión.
Diagnosticado por primera vez como psicopatía sexual por el psiquiatra alemán Kraff-Ebbing, no es hasta 1970 cuando Patrick Carnes desarrolla las pautas necesarias para su identificación y tratamiento. Este psicólogo e investigador es el autor de buena parte de la literatura científica, fuente de consulta de los terapeutas de los adictos al sexo.
¿Cuánto sexo es demasiado? ¿Dónde esta el límite entre lo normal para cada persona y lo patológico? La sexualidad forma parte natural del ser humano, pero cuando se convierte en una prioridad que interfiere en la vida diaria, en el trabajo, afecta a las relaciones personales y sociales y, además, causa ansiedad, estrés y arrepentimiento, entonces se convierte en sexo adicción.
Adicción con varios disfraces
Esta es una dependencia que no puede describirse a través de un solo comportamiento (como sucede con otras adicciones), ya que puede disfrazarse como una o varias de estas formas: masturbación compulsiva, relaciones con múltiples parejas heterosexuales u homosexuales, encuentros con personas desconocidas, uso de pornografía, prostitución o líneas eróticas.
De acuerdo a Marta Arasanz, del Instituto de Sexología de Barcelona “normalmente nos encontramos con más casos de hombres que de mujeres. Algunas hipótesis se inclinan hacia una explicación cultural, social y educacional. Mayor facilidad en el acceso a la práctica sexual, más necesidad de cuantificar la sexualidad y creen que esto es, precisamente, lo que se espera de un hombre”.
El comportamiento sexual compulsivo se gesta, en la mayoría de los casos, en la mente, donde las fantasías sexuales, los sueños y los pensamientos eróticos se convierten en la válvula de escape de los problemas laborales, las relaciones rotas, la baja autoestima o la insatisfacción personal.
«Todo el mundo tiene fantasías, pero la persona obsesionada decide muchas veces pasar a actuar creyendo que es una forma de liberarse de sus pensamientos. Sin embargo, suele suceder lo contrario, su actitud se empieza a repetir sin control y cae en el comportamiento sexual compulsivo», señala Juan José Borrás.
Aliados de la mentira
La adicción al sexo comienza con las mentiras. Las que se cuentan a sí mismos con el fin de autoconvencerse de que todo está bajo control y las que cuentan a los demás, para ocultar su doble vida. «Los adictos al sexo se convierten en grandes actores. Se hacen hábiles engañando porque su problema les avergüenza y porque se dan cuenta de que no pueden frenar sus impulsos», aclara el doctor Borrás. Pero, en ocasiones, su rastro acaba por desvelar toda la verdad. «Algunos acuden a la consulta cuando las facturas de teléfono de líneas eróticas o los contactos con prostitutas les han arruinado económicamente y sus parejas les han descubierto», señala Roselló Barberá, director del Centro de Urología, Andrología y Sexología de Madrid.
Otros, en cambio, deciden pedir ayuda porque quieren poner fin a una adicción que les ha costado el matrimonio, les ha causado problemas legales o les está empujando al suicidio. O porque su esclavitud les está obligando a hacer cosas que nunca hubieran imaginado, lo que les causa un sufrimiento insoportable.
Tratamiento sí es posible
Independientemente de cuál sea la causa, tratar la adicción al sexo es posible. Los especialistas buscan con la psicoterapia los posibles desencadenantes de la dependencia y con las técnicas cognitivas-conductuales, controlar la conducta sexual del paciente.
“A un alcohólico le puedes decir que no beba, pero nadie puede prescindir del sexo. Eso, además, es lo que más miedo les da. Te dicen que cómo van a dejar de tener relaciones, que no se imaginan una vida de celibato. Pero no se trata de vivir sin sexo, sino de reconducir su comportamiento, de aprender a convivir con uno mismo y tomar elecciones”, aclara el doctor Borrás.
A algunos les ayudará el uso de fármacos, como los inhibidores de la recaptación de la serotonina. Para prevenir la adicción al sexo algunos especialistas, como el doctor Roselló Barberá, creen que sólo hay un camino: “Hay que impartir a edades más tempranas una buena educación no represiva. Tenemos que enseñar que el sexo es algo bueno, pero que puede convertirse en nocivo cuando se utiliza de forma inapropiada”.
Cuestionario de autoevaluación
Estas 13 preguntas pueden ayudar a determinar si usted tiene un problema de adicción sexual, según la asociación Adictos Sexuales Anónimos 2000 de EEUU.
1. ¿Guardas secretos sobre tus actividades sexuales? ¿Mantienes una vida doble?
2. ¿Tus necesidades te han llevado a tener sexo en sitios o con gente con las que normalmente no te involucrarías?
3. ¿Te sorprendes a ti mismo buscando artículos o escenas sexualmente excitantes en periódicos, revistas u otros medios de comunicación?
4. ¿Te has dado cuenta de que tus fantasías románticas o sexuales causan problemas en tus relaciones o que te prohíben enfrentarte a tus problemas?
5. ¿Frecuentemente quieres alejarte inmediatamente de una pareja sexual después de haber tenido relaciones con ella?
6. ¿Frecuentemente sientes remordimiento, vergüenza o culpabilidad después de un encuentro sexual?
7. ¿Sientes vergüenza de tu cuerpo o de tu sexualidad, de tal manera que evitas tocarte el cuerpo y participar en relaciones sexuales? ¿Temes no tener sentimientos sexuales? ¿Temes ser asexual?
8. Cada nueva relación, ¿tiene los mismos patrones destructivos que te incitaron a romper con la última?
9. Tus actividades sexuales, ¿necesitan cada vez mayor variedad y frecuencia sólo para sentir los mismos niveles de excitación y alivio?
10. ¿Te han detenido alguna vez, o hay peligro de arresto, debido a tus prácticas de voyerismo, exhibicionismo, prostitución, sexo con menores de edad, llamadas telefónicas obscenas, etc.?
11. Tu búsqueda de relaciones sexuales o románticas, ¿contradice o interfiere con tus creencias espirituales o tu moral?
12. ¿Tus actividades sexuales, incluyen riesgos de contraer enfermedades de transmisión sexual, amenazas, o embarazo, coacción o violencia?
13. Tu comportamiento sexual o romántico, ¿te ha dejado alguna vez con el sentimiento de una falta total de esperanza, enajenación, o con ganas de suicidarte?
Si la respuesta es positiva a más de una pregunta es importante que solicite consulta médica especializada para descartar o no la presencia de un comportamiento sexual compulsivo.

sábado, 26 de enero de 2008

Recetas para un matrimonio feliz

Derecho matrimonial Sexualidad y fertilidad Amor conyugal

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Receta para un matrimonio feliz

¿Qué ingredientes necesitamos poner para preparar el exquisito «Éxito en el matrimonio» y para mantenerlo vivo y fortalecerlo durante toda la vida sin dejarlo a la improvisación, al destino, ni a la suerte?

He aquí una receta que bien vale la pena poner en práctica:
Mezclar los siguientes ingredientes y darle vueltas hasta que la masa esté afianzada:

Un poco de esfuerzo diario y continuo de «querer querer» a la persona que hemos elegido para pasar el resto de nuestra vida.
Querer a la persona, con sus virtudes y con sus defectos e intentar adaptarnos al otro.
Cuidar los detalles pequeños que hacen que tu pareja sienta que es la persona más importante para ti.
Aprender a pelearse sin faltarse nunca el respeto.
No hablar nunca de las relaciones sexuales de forma grosera y vulgar.
Regarlo con el mejor caldo: el sentido del humor y añadir tu toque personal. Y ya tienes el plato listo para servir.

He aquí un consejo lleno de sentido del humor que no se puede olvidar:
«Dichoso el marido de una mujer buena: se doblarán los años de su vida. La mujer hacendosa hace prosperar al marido, él cumplirá sus días en paz. Mujer buena es buen partido que recibe el que teme al Señor: sea rico o pobre, estará contento y tendrá cara alegre en toda sazón. Mujer hermosa deleita al marido; mujer prudente lo robustece; mujer discreta es don del Señor: no se paga un ánimo instruido; mujer modesta duplica su encanto: no hay belleza que pague un ánimo casto. El sol brilla en el cielo del Señor, la mujer bella, en su casa bien arreglada». Lectura del libro del Eclesiástico: 26, 1- 4, 16 - 21

Fuente: Conoze.com

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Que hacer y no hacer en el matrimonio

Hay algunos atributos básicos que pueden ayudar a fortalecer o debilitar su relación
Tan simples como son, suelen dejarse a un lado o mirárseles con menosprecio. Pero démosle un poco de atención y tomemos nota de cuán importantes pueden ser cada uno de estos puntos.

Qué hacer

Rezar juntos
Una pareja que reza junta se conecta en un nivel muy profundo. Se unen en sus creencias, metas y valoraciones en común, ganando gracias para su relación; por lo tanto se ligan emocional y espiritualmente.

Mostrarse afecto
No tema besar a su cónyuge frente a sus hijos ni olvide que tomarse las manos puede ser agradable y mágico. El afecto rompe las murallas que puedan haberse construido entre ambos.

Jugar y reír
Los momentos de alegría hacen que la pareja que sienta cómoda y feliz de estar junto a la persona escogida. Además de compartir las cargas de la vida común, no hay que olvidarse de disfrutar con el otro y hacerlo sentirse bien.

Alentarse mutuamente
Estar casados no significa que usted o su esposo/a no necesiten aliento. Todos lo necesitamos. Escuchar que alguien cree en usted o está alentándole en algo que le importa es importante para usted, y hace toda la diferencia en el mundo de sus sentimientos sobre sí mismo y los demás. A su pareja, le ocurre lo mismo...

Invertir tiempo en su relación
El más duro obstáculo para los padres - y para muchos profesionales - es encontrar tiempo a solas con el otro. Asegúrese de conseguirlo. Sea una hora tranquilos en su cuarto antes de dormir, o una cita afuera, hay que encontrar lo que mejor funcione y ponerlo en práctica, para que la relación se alimente con tiempo y atención. La planta que no se riega, muere de inanición.

Qué no hacer

Negarse a perdonar
Enseñamos a nuestros hijos a perdonar, y nosotros ¡también debemos hacerlo!
Algunas heridas toman más tiempo en cerrarse que otras, pero los rencores y resentimientos sólo alejan el amor, y dificultan mucho más el re encauzamiento de la pareja que ya ha sufrido un quiebre.

Burlarse del otro
El sarcasmo es la enfermedad más grande en nuestros hogares, y puede ser muy doloroso. La burla y los comentarios sarcásticos nunca construyen un hogar o un matrimonio. Hay que evitar este hábito dañino e intentar afrontar las discusiones de forma más considerada. El otro no es un enemigo, sino alguien a quien amamos y con quien estamos en desacuerdo en algún punto. No se debe perder este punto de vista.

Comparar a su cónyuge
Su marido tal vez no sea como el de su amiga, o viceversa, en algún aspecto que usted admira, pero usted tampoco es otra persona. Todos tenemos fortalezas y debilidades. Las comparaciones sólo aumentan las debilidades en lugar de fomentar las fortalezas, porque vuelven inseguro a quien es comparado. Y por lo demás, jamás es justo para nadie. Debemos dejar de hacer aquellas cosas que perjudiquen la autoestima y la confianza de los que amamos.

Criticar
Todos cometemos errores. La paciencia con los errores ajenos, y la indulgencia, facilitarán mucho la relación, y puede lograr mucho más que la crítica. Las relaciones en que la crítica es frecuente también desvalorizan mucho al "errado" y quebrantan la confianza entre ambos.

Culpabilizar
Muchos caen en esto. La culpabilización nunca resuelve nada, sólo divide a la pareja. Se aplica a esto lo mismo que a la crítica y la burla. Son todos medios malsanos de avanzar sobre el otro, como si fuese un enemigo o un contendor a quien debemos aplastar. Está claro que estos "métodos" no ayudan en nada a mejorar una relación.

Gritar y/o pelear muy fuerte
No estar de acuerdo o discutir es parte de cualquier relación matrimonial. Pero cuando comienza la tendencia de gritar, dar portazos, etc., puede convertirse en un hábito que termina destruyendo la comunicación. Aprenda a ser constructivo/a y práctico/a cuando no estén de acuerdo, o dése un tiempo hasta que sus emociones se calmen un poco.

Autor: Revista Buen Vivir, Centro de estudios para la familia.(México)


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Cómo mejorar la relación con su cónyuge

Aprenda a dialogar: escuche, explique y comprenda hasta ganar/ganar.
Tenga paciencia con el proceso y la persona.
Trátelo/a con delicadeza.
Tenga disposición de aprender de él/ella.
Acéptelo/a como es, sin exigir cosas que no puede dar.
Tenga una actitud abierta cuando discutan puntos en los que ambos difieren.
Concéntrese en las cualidades y buenas acciones del él/ella, antes de resaltar lo malo.
Antes de emitir un concepto negativo que ataque a su cónyuge, pare respire y conviértalo en algo positivo.
Retome actividades y hobbies que practicaban juntos en sus épocas más felices
Hágase las siguientes preguntas:


¿Qué hace que yo me sientas amada(o)?
¿Que hace que mi cónyuge se sienta amada(o)?
¿Cómo puedo encontrar nuevas expresiones para mostrar mi amor a mi cónyuge en esta semana?
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Remedios para el desamor

Borrón y cuenta nueva
No sacar la lista de agravios
El respeto mutuo en palabras, obras y gestos.
Ser persona de criterio.
No caer en el aburrimiento o la rutina.
Evitar discusiones innecesarias.
Tener una vida sexual sana, positiva y centrada en la comunicación.
Mejorar y pulir constantemente las dificultades de la convivencia.
Sentido del humor.
Capacidad de afrontar situaciones difíciles.
Habilidades en la comunicación.
Introducir días rosas.
Saber que la vida tiene luces y sombras.
No querer controlar al cónyuge.
Cambiar las ideas irracionales
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Diez ideas para afianzar el matrimonio

Presente a su pareja en público con orgullo y diciendo algo positivo.
“Malcríe” a su cónyuge.
Cuando esté enfadado/a, haga una acción en favor del cónyuge.
Ofrezca su colaboración voluntaria para hacer algo.
Dos palabras claves: gracias y perdón.
Haga una pausa para cambiar de rol una vez al año: El en la casa; ella en lo que quiera.
Halague el gusto de su pareja de vez en cuando.
Buen humor.
No se trata de quién tiene la razón, sino de amarse.
Piense de vez en cuando en los momentos buenos del noviazgo y matrimonio.
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Preguntas que todo cónyuge debe hacerse

¿Pasa usted más tiempo criticando a su cónyuge que considerando sus rasgos positivos y agradables?
¿Hace su cónyuge cosas que usted le molestan tanto que siente que debe llamarle la atención?
¿Habla usted con menosprecio a espaldas de su cónyuge?
¿Ha colocado usted normas tan elevadas para su cónyuge que ni usted puede cumplirlas?
¿Presiona usted a su cónyuge para que se amolde a las normas que usted le ha impuesto a fin de poder aceptarlo con más facilidad

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Los gritos matan el amor

Un día un maestro occidental preguntó a sus discípulos lo siguiente: ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos momentos: Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos. Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó el maestro - no es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué grita a una persona cuando estás enojado? Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.
Finalmente el explicó: "Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuertes tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia."

Luego el maestro preguntó: "¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El maestro continuó: Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así están dos personas cuando se aman.

Luego el maestro dijo: "Cuando discutan, no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tan larga que no encontrarán más el camino de regreso."